Shock electrolítico, sus efectos a nivel cardiovascular y a nivel del sistema nervioso
viernes, 25 de marzo de 2016
¿Qué son los electrolitos?
El torrente sanguíneo contiene muchos químicos que regulan funciones importantes del cuerpo. Esos químicos se denominan electrolitos. Cuando se disuelven en agua, se separan en iones con carga positiva y en iones con carga negativa. Las reacciones nerviosas del cuerpo y la función muscular dependen del intercambio correcto de estos electrolitos dentro y fuera de las células
Algunos ejemplos de electrolitos son: calcio, magnesio, potasio y sodio. El desequilibrio electrolítico puede causar distintos síntomas.
Valores normales en adultos
Calcio: 4,5-5,5 mEq/L
Cloruro: 97-107 mEq/L
Potasio: 3,5-5,3 mEq/L
Magnesio: 1,5-2,5 mEq/L
Sodio: 136-145 mEq/L
¿Qué es el desequilibrio electrolítico?
Existen muchas causas de un desequilibrio electrolítico, entre ellas:
Pérdida de fluidos corporales por períodos prolongados con vómitos, diarrea, sudoración o fiebre alta
Dieta inadecuada y falta de vitaminas de los alimentos
Malabsorción: el cuerpo no puede absorber estos electrolitos debido a distintos trastornos estomacales, medicamentos, o por la forma en que se ingieren los alimentos
Trastornos hormonales o endocrinológicos
Enfermedad renal
Una complicación de la quimioterapia es el síndrome de lisis tumoral. Esto ocurre cuando el cuerpo destruye las células tumorales rápidamente después de la quimioterapia y baja el nivel de calcio en sangre, aumenta el nivel de potasio en sangre y se producen otras anormalidades electrolíticas.
Ciertos medicamentos pueden causar un desequilibrio electrolítico, como por ejemplo:
Medicamentos para quimioterapia (cisplatino)
Diuréticos (furosemida[Lasix] o bumetanida[Bumex])
Antibióticos (amfotericina B)
Corticosteroides (hidrocortisona)
¿Cuáles son algunos de los síntomas de desequilibrio electrolítico que hay que tener en cuenta?
Como se describió anteriormente, un desequilibrio electrolítico puede crear muchos síntomas. Estos síntomas se basan en el nivel de electrolito afectado.
Si los resultados del análisis de sangre indican niveles alterados de potasio, magnesio, sodio o calcio, puede experimentar espasmos musculares, debilidad, espasmos o convulsiones.
Los niveles bajos en los resultados de los análisis de sangre pueden provocar: latidos irregulares, confusión, cambios en la presión sanguínea, trastornos del sistema nervioso o a largo plazo, en los huesos.
Los niveles altos en los resultados de los análisis de sangre pueden provocar: debilidad o espasmos musculares, entumecimiento, fatiga, latidos irregulares y cambios en la presión arterial.
¿Cómo se diagnostica el desequilibrio electrolítico?
Por lo general, un desequilibrio electrolítico se diagnostica según la información que se obtiene mediante:
La historia de los síntomas.
Un examen físico del médico.
Resultados de análisis de orina y sangre.
Si hay otras anormalidades basadas en estos estudios, el médico puede sugerir exámenes más exhaustivos, como un electrocardiograma. (Los niveles muy altos o bajos de potasio, magnesio y/o sodio pueden afectar el ritmo cardíaco).
Si el desequilibrio electrolítico se produce por problemas renales, el médico puede solicitar una ecografía o una radiografía de los riñones.
Tratamiento del desequilibrio electrolítico:
Identificar y tratar el problema subyacente que causa el desequilibrio electrolítico.
Fluidos intravenosos, reemplazo de electrolitos.
Un desequilibrio electrolítico menor se puede corregir con cambios en la dieta. Por ejemplo, realizar una dieta rica en potasio si tiene niveles bajos de potasio, o restringir la ingesta de agua si el nivel de sodio en la sangre es bajo.
Los electrolitos forman parte de los sistemas homeostáticos, siendo responsables de mantener la volemia, la neutralidad eléctrica y un pH de neutralidad biológica en el organismo dentro de ciertos límites estrechos compatible con la vida.
El equilibrio hídrico-electrolítico es regulado coordinadamente por la intervención de los riñones, del sistema renina-angiotensina, las adrenales, del hipotálamo, así como de receptores y hormonas cardio-vasculares, y la participación del sistema nervioso autónomo (SNA).
El SODIO, siendo el principal catión del espacio extracelular (EC), juega un rol central en la regulación de su volumen. Su exceso causa una expansión del volumen y su déficit su reducción. En la mayoría de los casos estos cambios no afectan al espacio intracelular (IC, cuyo catión principal es el potasio y cuya concentración en el espacio IC permanece generalmente constante.
Una disminución del volumen circulante por déficit de sodio reduce el retorno venoso, el gasto cardiaco y la presión arterial.
Disminuciones del volumen y de la presión son detectados por sensores existentes en el sistema cardiovascular y los riñones, que favorecen una respuesta simpática de vasoconstricción, mejor capacidad de contracción del corazón y elevación de la frecuencia cardiaca. Se activa el sistema renina-angiotensina, que conduce a una mayor producción de aldosterona por la corteza adrenal. La aldosterona actúa sobre los túbulos renales elevando la reabsorción renal del sodio y tendiendo así a normalizar el volumen circulante.
Otro mecanismo de regulación tiene que ver con aumento de la osmolalidad sérica (que depende del sodio) que estimula la secreción de hormona antidiurética (ADH) y retiene agua. Si la osmolalidad del plasma disminuye, la detecta el hipotálamo, el cual inhibe la secreción de la hormona antidiurética (ADH) para favorecer la diuresis.
En el equilibrio electrolítico del organismo intervienen otros iones:
· En el espacio extracelular, el sodio como catión y el cloro como anión
· En el espacio intracelular, el potasio y el magnesio como cationes y el sistema buffer como aniones
· En los huesos, el calcio como catión y como aniones fosfato y carbonato.
(ENITH CEBALLOS 4-787-912) ENFERMERIA
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